viernes, 20 de marzo de 2015

EL VIAJE DE WILLIAM BOWLES DESDE ALMADÉN A GUADALCANAL, EN 1752, PARA VISITAR LA MINA DE POZO-RICO Y EL RELATO SOBRE SU ESTADO (3 de 4)

Resto de las Minas de Pozo Rico en Guadalcanal. Año 1978

José Mª Álvarez Blanco. Revista Guadalcanal año 2014

Las cimas de las montañas de Sierra Morena que hay alrededor de Guadalcanal son todas redondas como bolas, juntas unas con otras, y casi de la misma altura; en lo qual se diferencian de las restantes de España, que, por lo regular, son puntiagudas, especialmente las de los Pirineos, donde se levantan picos sobre picos, pudiendo éstas compararse al mar agitado de una borrasca; y las de Guadalcanal á la uniformidad de las olas en tiempo bonancible y sereno.     
Las piedras de estas montañas son muy duras, y se parecen en el color a las piedras que llaman de Turquía5: su figura es como la de la pizarra compuesta de hojas: descansan ó sientan perpendicularmente, y corren de oriente a poniente. Escupen el aceyte y el agua, y por eso que no son apropósito  para amolar.
La mina está á una legua  de la Villa  en el terreno mas baxo  de aquellos alrededores cercados de cerros. En la beta del pozo nombrado Campanilla, que está á doce pasos de otro llamado Pozo-Rico, se ven tres betas que descienden  y van á dar a este último. La una viene de levante, y la otra de poniente, y se juntan con la tercera, que es la buena, cortando la direccion de las pizarras de norte á sur para formar el tronco de la vena. Estas betas son pequeñas, pues no tienen mas de tres pulgadas de ancho; pero van acompañadas de cierta direccion regular de tierra en forma de beta de dos pies de anchura con piedrecillas de quarzo; con lo qual es estraño, y no hay á que compararlo en el país. La gran beta corre de norte á sur segun se descubre de doscientos pasos en la superficie. Hay dos arroyadas, que regularmente no corren en el estío,  por ser país muy seco, los quales tienen su curso del este al oeste, al pie de dos cerros contrapuestos á cosa de 300 pasos de distancia uno de otro. Estas dos arroyadas parece son los límites de la mina, porque se observa que ni los antiguos ni los modernos han cavado jamas al sur ni al norte de los dos cerros referidos, no obstante que han hecho quince pozos al este y al oeste de Pozo-Rico, llamado así porque de él se extrahía el mineral, baxando á buscarle  por el pozo vecino de Campanilla. En este hice yo excavar cerca de cinquenta pies por orden del Ministerio, para ver si las galerías estaban hundidas como se aseguraba; y á dicha distancia  hallamos el agua, y vimos que la madera de la escalera  estaba toda podrida, bien que las galerías se mantenían sólidas y firmes. Por los escombros se infiere que esta mina se componía de quarzo , espato blando de color de raton,  pizarra aherrumbada, hornestein, piritas, algo de plomo, y mucha plata. En el Pozo-Rico abundan tanto las aguas de materia vitriólica, que las maderas estan llenas de hermosos cristales de vitriolo marcial, ó verde; y al lado del pozo de San Antonio hay una mina, o banco de vitriolo nativo en la piedra.
El Señor Don Joseph de Carvajal, Ministro de Estado, que deseaba informarse de lo que era esta mina, me manda examinarla, y me hizo entregar varios papeles antiguos, que se reducian á la historia de los que en ella se ha trabajado, y dos planes de sus pozos y galerías. El primero de estos planes incluía once pozos desde ochenta á ciento y veinte pies de profundidad, y el segundo, que me pareció hecho por persona mas inteligente, no contenía mas que diez. Del extracto que hice para aquel Ministro se sacan dos verdades, y cinco conjeturas. 
Las dos verdades  son, que los dos hermanos Fúcares abandonaron esta mina en 1635; y que entonces  las betas de plata eran muy ricas.  La primera conjetura es, que habiendo  querido el Ministerio subir el arriendo, y poner  nuevos derechos  a los dichos Condes Fúcares, éstos introduxeron una corriente de agua en la mina, que para sus trabajos tenían desviada, y la inundaron y abandonaron  precipitadamente;  la segunda, que estos Asentistas pusieron máquinas, y acuñaron moneda dentro de la misma mina para defraudar los derechos del Rey, con cuyo dinero se  grangearon protectores  poderosos en la Corte, y así  pudieron  evadirse de España; la tercera, que la última galería  se hundió,  y que aunque ahora se compusiese, no daría para los gastos de la obra; la quarta que hay un manantial de agua en el último pozo tan abundante, que sería  de un coste inmenso el dasaguarle,  y se correría el riesgo de no hallar la beta, ó de hallarla exhausta; la quinta, que la abundancia de plata de las minas de América hizo olvidar los trabajos de ésta; y la política persuadió  que debía reservarse para quando aquellas  pudiesen faltar.
Varios Autores antiguos y modernos han celebrado la riqueza prodigiosa de esta mina. El Cardenal Cienfuegos en su Historia de San Francisco de Borja pag. 264 dice, que esta mina había producido ocho millones de pesetas, cuya suma se empleó con otras en la fabrica del Escorial. Alonso Carranza en sus tratado de Moneda de España, pag. 101, afirma que una semana con otra se sacaban de Guadalcanal sesenta mil ducados, y que al lado de la mina se había fundado el lugar por los que acudían a los trabajos6.
A legua y media acia poniente de la mina de Guadalcanal hay otra mina en una peña muy alta, que ya los antiguos tantearon, segun se ve por un pozo y una galería que se distinguen de las demas obras modernas. La beta se presenta mal, y a mi entender, es una vena trastornada: esto es, que es mas rica en la superficie que en lo profundo, pues á la vista tiene seis pies de extension, y se compone de esparto y quarzo. Corre de norte a sur en el primer pozo, que es el antiguo; pero en los modernos se nota que muda del este al oeste, siguiendo la dirección de la montaña”.



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