lunes, 25 de febrero de 2013

LA CUEVA DE SAN FRANCISCO EN GUADALCANAL (3 de 6)


La Cueva de San Francisco-Mina de Potosí (Guadalcanal, Sevilla): un nuevo elemento geológico y arqueo-minero enriquecedor para el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla.
M. A. Hunt Ortiz [1], García-Dils de la Vega [2], P. Orche Amaré [3] y V. M. Hurtado Pérez [4]

La investigación de carácter arqueometalúrgico llevada a cabo en los últimos años, además de producir un croquis sobre los trabajos subterráneos y las evidencias mineras superficiales (Hunt Ortiz, 2000, 2003), ha supuesto la documentación de restos arqueológicos, fundamentalmente en las escombreras exteriores, que se han correlacionado con las fases de explotación de la mina: cerámica a mano y a torno, instrumentos mineros líticos (mazas con ranura de enmangue transversal) y escorias de fundición metalúrgica.

Los elementos que ofrecieron mayor precisión cronológica fueron los fragmentos cerámicos. El conjunto de cerámicas realizadas a mano se dató en un momento de transición entre el Calcolítico y la Edad de Bronce. Los fragmentos más característicos de cerámica a torno documentados, SF6, con decoración pintada en bandas, y SF7, Terra Sigillata Clara C, permitieron su adscripción a dos momentos diferenciados: periodo turdetano y época imperial romana, siglo III d.C. Esta última fase también estaría documentada por las monedas descritas y fechadas ya en el siglo XIX (Ezquerra del Bayo, 1850)

Así en general, se consideró que se trataría de una mina realizada en una formación natural, transformada en un grado por definir por varias fases de labores mineras. Las superficies interiores se encontraban parcialmente recubiertas por deposiciones de carbonato cálcico, sólo pudiéndose apreciar detalles en las zonas en que éstas estaban ausentes o había sido retiradas mediante útiles empleados en los trabajos mineros.

En base a los datos históricos y las evidencias arqueológicas fueron propuestas cuatro fases diferenciadas de actividad minera (Hunt Ortiz, 2000);

  • Calcolítico final, con utilización de mazas con ranura e instrumentos de hueso, “tibias de carnero” apuntadas.
  • Fase Turdetana.
  • Fase Romana imperial, ambas con uso de herramientas de hierro.
  • Fase moderna, del siglo XIX, con utilización de explosivos en barrenos, de los cuales hoy día se conservan evidencias.

Planimetría y descripción general de la cueva-mina

Quedan constatadas, por tanto, las diversas épocas en las que estuvo activa la mina a través tantos de los restos arqueológicos hallados in situ, como de las morfologías de las galerías y las huellas dejadas por diferentes técnicas de extracción aplicadas y las labores de acceso acometidas. 

El reciente levantamiento topográfico de la cavidad (Fig. 3), realizado aplicando la metodología que habitualmente se utiliza en espeleología, ha permitido, a grandes rasgos, calibrar la importancia de los agentes geológicos en su formación y establecer una sectorización preliminar de la cueva-mina en sus diversas fases de explotación.

En el exterior se abre una trinchera, correspondiente a la última fase de explotación minera registrada, excavada en dirección este-oeste y con unas dimensiones de casi 40 m. de longitud y una anchura media de 2,5 m. Probablemente su longitud original fuera superior, debido a que en la actualidad la finca en donde se ubica el arranque de la trinchera se dedica al cultivo del olivo, para lo cual ha sido necesario rellenar parcialmente el hueco, para nivelar la superficie del terreno.

En la pared final que forma el límite oeste de la trinchera se observa colgada la parte final de una galería de la cueva natural, que fue eliminada al abrir la labor de acceso, practicada mediante voladuras; en las paredes laterales (norte y sur) de dicha labor, especialmente en la zona en que se conecta ésta con la sala principal de la cueva-mina, que más adelante se describirá, se pueden identificar restos de los barrenos que alojaron los explosivos. Al noroeste de la trinchera se encuentra un pozo vertical (de aproximadamente 2 m de diámetro) e inmediatamente al oeste, otro pozo cegado de características similares.

Como se acaba de mencionar, el extremo oeste de la labor minera en trinchera da acceso a la sala principal de la cavidad, a la que también se puede entrar por su parte superior, descendiendo por la escombrera que se fue acumulando, mediante el vertido de materiales estériles, aunque también se han hallado algunos restos arqueológicos, por la apertura de sección elíptica (de alrededor de 6,5 m de eje mayor y 5 m de eje menor) existente en el techo de dicha sala (Fig. 4)


1 comentario:

Marcelino Díaz dijo...

Muy interesante el trabajo sobre la cueva de San Francisco. Creo que urge la restauración y puesta en valor tanto para visitas turísticas, centro interpretación de la minería de la Sierra Norte, investigación etc.
Ademas queda cerca del futuro camping de Guadalcanal.
Saludos. Marcelino Díaz Taboada