sábado, 26 de enero de 2013

LA IGLESIA DE LA CONCEPCIÓN DE GUADALCANAL, LA CATEDRAL DE LA ALMUDENA DE MADRID Y EL DICTAMEN DE UN ARQUITECTO FAMOSO - (1 de 2)

Por José Mª Álvarez Blanco


Navegar por Internet depara curiosas sorpresas pues se encuentran textos sobre nuestra villa cuyo contenido no podía imaginar. En el caso de que hoy nos ocupa se trata de la sobria y modesta Iglesia de la Concepción, cerrada al culto y con una azarosa historia los últimos años del pasado siglo y los primeros del actual. Pues bien, en el año 1986 la Real Academia de la Historia publicó en su Boletín el siguiente texto:

IGLESIA DE LA CONCEPCIÓN DE GUADALCANAL (SEVILLA)
                 Este templo situado en el centro del pueblo de Guadalcanal de la Sierra, provincia de Sevilla y que se construyó bajo la advocación de la Purísima Concepción, es un edificio de un valor muy relativo y que además con el tiempo ha sufrido no pocos deterioros que, incluso amenazan gravemente el estado de su fábrica.
                Se construyó gracias a la donación de Don Álvaro de Castilla y Ramos, que otorgó testamento en Guanajuato (Méjico) a 17 de septiembre de 1614. Se trata por lo tanto de un edificio de mediados del siglo XVII muy simple en su estructura y disposición.
                 Su planta es de una sola nave dividida en tres tramos que separan arcos fajones y un presbiterio, de mayor dimensión que los tramos de nave, cubierto por una sencilla cúpula. No tiene capillas y la Sacristía y otras dependencias se sitúan en una crujía lateral a todo lo largo de la Iglesia.
                 Debemos señalar que la información remitida a la Real Academia es verdaderamente insuficiente, tanto por la parte gráfica como por los datos históricos y sobre todo por los planos, que visados por el Colegio de Arquitectos de Andalucía Oriental y Badajoz (Delegación de Sevilla) son verdaderamente infantiles. Tanto la planta como la sección parecen realizadas por un principiante sin conocimiento de lo que es levantamiento de planos y el dibujo arquitectónico.
                 El exterior de la Iglesia es muy simple. Su fachada principal está en el testero de los pies del templo que se compone de una portada muy sobria, pero de traza correcta y en la fachada lateral, en el tramo central de los tres que constituyen la nave, se abre otra portada muy similar a la de la fachada principal.
                 Desde antiguo esta construcción sufrió asientos y movimientos diversos que habían provocado la aparición de numerosas grietas y que hicieron[1] preciso atirantar las bóvedas de la nave. Estos tirantes sin duda han evitado el desplome y ruina total del templo, pero lo cierto es que el peligro subsiste y que sería necesario llevar a cabo una consolidación y restauración definitivas.
                 Por lo que se refiere a los valores arquitectónicos y artísticos, son éstos muy modestos, y todavía resultan menos visibles desde el momento en que el estado general de conservación, los revocos y el decorado del templo están muy mal estado. Se estima, y es sin duda valioso un frontal de azulejos y una pila bautismal muy tosca que posiblemente pudo ser de una iglesia anterior, pues las figuras que la decoran parecen propias del S. XVI, aunque se trate de un arte renacentista sumamente popular.
                 Por todo lo que antecede, el Académico que suscribe no considera posible otorgar a la Iglesia de la Purísima Concepción de Guadalcanal, otra calificación Monumental que no sea la de Edificio de carácter Local.

Fernando Chueca Goitia
(Aprobado en Junta de 20-VI-86)
Boletín de la Real Academia
de la Historia, Tomo CLXXXIII,
Número III, Año 1986,
páginas 524-525.     



[1] En el original “haciendo”

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