Muchas veces nos preguntamos, por qué desaparecen nuestras tradiciones. En este caso, la respuesta es clarísima. Si a San Crispin lo sacaban todos los años los zapateros de Guadalcanal, qué ha pasado, ¿ya no quieren sacar a su patrón? Todo es mucho más fácil de explicar, en Guadalcanal no existe un solo zapatero.
Y sin embargo, ahí tenemos una amplia representación de este gremio, que abasteció de calzado, no sólo a Guadalcanal, sino a los pueblos de los alrededores. Algunos de ellos, como el señor de las gafas que está junto al cura párroco Manuel Barrera Cobano, conocido por todos nosotros por “Tortita”, llegó a tener más de quince personas. Junto a éste, su cuñado Máximo, con algunos menos, Joaquín “el Cortador”, Chaves, Trancoso, Chavero, etc.
En la época de la fotografía, calculamos alrededor de los cincuenta y tantos, no existían cámaras digitales y había tiempo para hacer una parada, antes de iniciar o recoger la procesión.
Por la expresión de la niña que aparece en la parte inferior de la derecha, podíamos pensar que el fotógrafo es el que todos los años venía a la feria, con el caballo de cartón, y por eso la niña no entiende muy bien, qué hace ese señor que mete la cabeza entre unas cortinillas.
Aunque la mayoría de los personajes de la primera fila ya han fallecido, hay uno de ellos “Larita” que coge a su hijo vestido con una gabardina, que aún vive y recuerda todas estas procesiones y aquéllas misas cantadas, que también hacía él.
Esta procesión se celebraba el 19 de noviembre y como pueden ver, le acompañaban bastantes vecinos. Creo que la última vez que vi a San Crispín, estaba en el Convento del Espíritu Santo, por lo menos no ha abandonado completamente su barrio de estancia habitual, pero lo que veo más difícil, es que los zapateros de Guadalcanal, lo vuelvan a sacar en procesión.
Y sin embargo, ahí tenemos una amplia representación de este gremio, que abasteció de calzado, no sólo a Guadalcanal, sino a los pueblos de los alrededores. Algunos de ellos, como el señor de las gafas que está junto al cura párroco Manuel Barrera Cobano, conocido por todos nosotros por “Tortita”, llegó a tener más de quince personas. Junto a éste, su cuñado Máximo, con algunos menos, Joaquín “el Cortador”, Chaves, Trancoso, Chavero, etc.
En la época de la fotografía, calculamos alrededor de los cincuenta y tantos, no existían cámaras digitales y había tiempo para hacer una parada, antes de iniciar o recoger la procesión.
Por la expresión de la niña que aparece en la parte inferior de la derecha, podíamos pensar que el fotógrafo es el que todos los años venía a la feria, con el caballo de cartón, y por eso la niña no entiende muy bien, qué hace ese señor que mete la cabeza entre unas cortinillas.
Aunque la mayoría de los personajes de la primera fila ya han fallecido, hay uno de ellos “Larita” que coge a su hijo vestido con una gabardina, que aún vive y recuerda todas estas procesiones y aquéllas misas cantadas, que también hacía él.
Esta procesión se celebraba el 19 de noviembre y como pueden ver, le acompañaban bastantes vecinos. Creo que la última vez que vi a San Crispín, estaba en el Convento del Espíritu Santo, por lo menos no ha abandonado completamente su barrio de estancia habitual, pero lo que veo más difícil, es que los zapateros de Guadalcanal, lo vuelvan a sacar en procesión.
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