domingo, 25 de mayo de 2014

Apuntes histórico-artísticos sobre la antigua iglesia de San Sebastián de Guadalcanal (3 de 3)


Por Salvador Hernández González. Revista de Guadalcanal

Por desgracia las obras mencionadas en estas noticias documentales han desaparecido, como todas las que se repartían por los muros del templo que nos ocupa. Gracias a un inventario de 1924[1] y a los trabajos del doctor Gordón Bernabé[2] y de los profesores  Hernández Díaz y Sancho Corbacho[3] podemos hacernos una idea de este patrimonio perdido y su situación en el templo.
Presidía el presbiterio el retablo mayor ejecutado por Mateo Méndez. Su estructura arquitectónica, muy clasicista, a tono con la sobriedad ornamental y rigor arquitectónico propios de la retablística de la primera mitad del siglo XVII, constaba de banco, dos cuerpos divididos en cinco calles y ático, distribuyéndose por sus registros tanto pinturas en lienzos encuadradas en cajas rectangulares como esculturas exentas cobijadas en hornacinas semicirculares. De este modo, en las hornacinas centrales del primer cuerpo figuraban el Titular, acompañado por San Joaquín y San Roque, situándose en el centro del segundo cuerpo la imagen de la Dolorosa, al tiempo que por las calles laterales se repartían diversas pinturas, como las de la Huída a Egipto, el Arcángel San Rafael y la Imposición de la Casulla a San Ildefonso.

Dentro del arco que daba acceso a la sacristía se ubicaba el retablo de San Juan de Dios, en el que figuraban un lienzo del Titular y una pequeña imagen de la Dolorosa. A la altura del arco toral - que daba acceso a la capilla mayor- se situaba el retablo de Animas, con lienzo de este tema y coronado por otra pintura con la Virgen de Montserrat.
La capilla del Sagrario se cerraba con reja de hierro forjado y albergaba un retablo de fines del siglo XVIII, dorado, presidido por la imagen de San José, más las efigies de San Rafael y Santa Catalina, situándose en el ático el Crucificado, acompañado por San Francisco de Asís y Santa Teresa de Jesús. El tabernáculo sacramental, flanqueado por dos esculturas del Niño Jesús, se ornamentaba con cornucopias y mostraba en su portezuela un cuadro de cristal con la Dolorosa. En otro retablo lateral dentro de la misma capilla recibía culto la primitiva imagen de Jesús Nazareno, acompañado por las de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena, más otra efigie del Niño Jesús, denominado el Niño Perdido. Esta capilla fue al parecer fundada por Diego Ramos, natural de la localidad, quien en su testamento, otorgado el 31 de Octubre de 1573, dejó encargado que se hiciese la cubierta abovedada y que sobre su altar de piedra labrada se colocase un retablo, dejando para ello la suma de 1.000 ducados[4].
Siguiendo por el muro de la nave, el retablo de la Inmaculada mostraba una pintura de esta advocación mariana y una pequeña imagen de San Roque. A continuación se situaba el de Santiago, compuesto por tres pinturas que representaban al titular, San Lorenzo y la Virgen, respectivamente.

Ya en el muro contrario, una vez pasada la puerta del templo, se encontraba la capilla del Resucitado, cerrada con verja y con retablo integrado por tres pinturas: la Resurrección del Señor, Santa Ana y San Pedro. En los muros laterales y dentro de dos hornacinas se contemplaban las imágenes de San Diego de Alcalá y San Juan Nepomuceno.
A la altura del arco toral y haciendo pareja con el de Animas, se situaba otro retablo con la imagen de la Virgen del Reposo.
El retablo de San Antonio, con pintura de este santo, se ubicaba dentro de la pequeña capilla que vimos se comunicaba con el presbiterio, la cual podría identificarse con la perteneciente a Gonzalo Xuárez y sus herederos, que la compraron por 200 ducados con el fin de ser enterrados en ella[5].
Para finalizar, señalaremos que la parroquia contaba con algunas piezas de orfebrería de interés, como una interesante caja–copón de fines del siglo XV, un copón de principios del siglo XVII y la custodia procesional, de fines del siglo XVIII y compuesta por tres cuerpos con columnillas decoradas con motivos rocalla. Los fondos documentales del archivo parroquial de San Sebastián se conservan integrados -junto con documentación procedente de Santa Ana- en el de la parroquia de Santa María, arrancando su cronología desde mediados del siglo XVI[6].

 



[1] ARCHIVO GENERAL DEL ARZOBISPADO DE SEVILLA, sección IV (Administración General), serie Inventarios, legajo 693.
[2] GORDON BERNABE, Antonio: “La Iglesia de San Sebastián”, en Revista de Guadalcanal (1985), s.p.
[3] HERNANDEZ DÍAZ, José; SANCHO CORBACHO, Antonio: Edificios religiosos y objetos de culto saqueados y destruidos por los marxistas en los pueblos de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1937 Págs. 126-128.
[4] FLORES GUERRERO, Pilar: ”El arte del Priorato...”,  pág. 482,
[5] ídem, pág. 481
[6] V. V. A. A. .Catálogo de los archivos parroquiales de la provincia de Sevilla, Banesto, Sevilla, 1992, Vol. I, págs. 561-574.

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