martes, 28 de febrero de 2012
Visita Canónica de la Orden de Santiago a Guadalcanal el año 1494 - 3
lunes, 27 de febrero de 2012
Visita Canónica de la Orden de Santiago a Guadalcanal el año 1494 - 2
viernes, 24 de febrero de 2012
Exposición de Fotografías
Visita Canónica de la Orden de Santiago a Guadalcanal el año 1494 - 1
Por Antonio Gordón Bernabé. Artículo publicado en la Revista de Guadalcanal
En la villa de Guadalcanal de
El lunes seis visitaron
Después visitaron la persona de Don Fadrique Enriquez comendador de Guadalcanal y la casa con su castillo. También fueron los visitadores a ver el monasterio de San Francisco que de nuevo se hace por D. Enrique Enriquez comendador que fue de Guadalcanal, y a su costa. Item visitaron los bienes que
El comendador Don Fadrique estaba en Sevilla -tenía su casa en la calle San Luis y se estaba construyendo la casa de Pilatos- por lo que su mayordomo Juan González de Gonzalo Yanes de Guadalcanal dio a los visitadores las cuentas de la encomienda del año 1493 y mandó un mensajero a Sevilla para que se presentase el comendador. Vino éste y visitaron su persona en la tribuna de
Tenían las iglesias de Guadalcanal 1370 parroquianos. Santa María 800, Santa Ana 320, San Sebastián 250.
miércoles, 22 de febrero de 2012
Respuesta a un despacho de Juan de Silva y Pantoja de 10 de octubre de 1797, siendo Rey Carlos IV
Publicado en la Revista de Guadalcanal año 1990. Sin autor
Dista de la ciudad de Llerena, cabeza de su partido, cuatro leguas y de la capital de Badajoz de esta provincia, veinte y dos, y de la corte de Madrid, sesenta y cinco.
La citada villa es territorio de
Tiene setecientas casa útiles y dieciocho arruinadas.
Las casas Consistoriales se hallan demolidas, hay una pieza que sirve de cárcel pública, un real pósito, una carnicería, un matadero, 47 molinos sepan: 13 de aceite y 34 de zumaque, 3 tenerías, cuatro puestos de venta de aceites por menor y cuatro de vinos y aguardientes que los ponen los abastecedores de esta especie, 3 posadas o mesones.
Hay dos Hospitales, uno de los pobres transeúntes, llamado de Santiago a cargo de su mayordomo D. Ramón García y otro de enfermos, titulado
No hay en este pueblo colegio de educación para la industria y artes.
En esta villa hay tres escuelas de primeras letras, a cargo de tres maestros, siendo el número de niños que se enseñan de doscientos, hay cinco maestras que enseñan niñas a coser y el número de estas es de 160.
No hay en esta villa Universidad alguna y sólo un estudio de Gramática en el convento de religiosas de San Francisco, extramuros de ella, que su lector o preceptor es un religioso, cuyo estudio es fundación, que hizo D. Nicolás de Ortega y Toledo, siendo el número de estudiantes el de 24.
Hay en esta villa 406 varones y 399 hembras hasta 7 años, 390 varones y 286 hembras de
En esta villa hay tres parroquias y por consiguiente tres curas y tres tenientes de estos, 37 capellanes, tres insacris y uno de ellos a título de Patrimonio, cuatro de menores y cinco sacristanes, nueve acólitos, ocho ermitas, cinco fuera de la población y tres dentro de ella y no hay catedrales, colegiatas ni beneficiados.
En esta villa hay extramuros un Convento de Religiosos Franciscanos de
No hay dependiente alguno de Cruzada y sí dos de
En la milicia y el ejército hay 70 personas.
Hay en esta villa 6 títulos y mayorazgos, 25 nobles o hidalgos y 4 dependientes de rentas.
Hay en esta villa 4 escribanos, 3 procuradores, dos abogados, 1 alguacil y dos ministros ordinarios.
Hay dos médicos, dos boticarios, un cirujano, 4 albeitares y herradores.
Hay 4 mercaderes con sus respectivas tiendas y no hay comerciantes.
Hay 150 labradores propietarios, 470 jornaleros, incluidos los criados de labranza, hay 56 ganaderos, hay 100 pastores.
Cazadores 3.
Cocineros 1.
Cerrajeros 5 y herreros 4.
Hay 5 sastres, 27 zapateros, un curtidor y un zurrador, dos boteros, cinco chocolateros, incluidos dos oficiales, 12 tejedores de lienzos y ropas de lino. Solo hay un fabricante de jabón.
Hay 50 artesanos (barberos, albañiles, molineros, tejeros y ladrilleros), 7 carpinteros, un tallista y un cestero de esparto.
Hay dos cereros, cuatro taberneros, cuatro fábricas de aguardientes.
Hay 30 criados domésticos (mozos de mulos y otros destinados al servicio de sus amos en el despacho y ventas de sus vinos).
lunes, 20 de febrero de 2012
Indianos de Guadalcanal: sus actividades en América y sus legados a la metrópoli – Siglo XVII - 17
(A.G.I., Contratación, 381 A-3)
Era hijo de Gonzalo de Bonilla y de Mayor Barba, ambos vecino de Guadalcanal y parece de familia adinerada. Al menos recibió al casar con doña María de Esquivel, vecina de Llerena, distintas suertes de viñas que le dió su padre a cuenta de su legítima y una bodega; recibió como dote de su mujer 4.000 ducados y dos años más tarde su padre le daba otros pedazos de viñas. Al morir éste heredó otros bienes diversos. Además adquirió diversas suertes de viñedos en Guadalcanal redondeando sus posesiones.
En su matrimonio con doña María de Esquivel tuvo cuatro hijos un varón que murió a los 3 años; doña Catalina Vozmediano Mayor Barba, que murió doncella después de morir la madre y María de Esquivel. Casó en segundas nupcias con Ana de los Reyes (hija de Juan Delgado y de Francisca Rodríguez, ambos vecinos de Guadalcanal) en los dos años de matrimonio tuvieron a Francisca Rodríguez, que murió niña y a Ana de los Reyes Bonilla. Con este enlace no obtuvo bienes algunos y a los dos años de casado vendió parte de sus viñas (a María Delgado, hermana de su segunda mujer) y marchó a Indias. Se estableció en Guanajuato donde ya operaban como mineros sus paisanos los Castilla y como mercaderes los Ramos, entre otros. Comenzó como mercader, asociándose en compañía con Juan de Castilla Calderón, vecino de México y sin duda hermano de Alvaro de Castilla Calderón, que se dedicaba al comercio, a la financiación de mineros y directamente a la minería. Estableció su tienda en el real de minas de Santa Ana y el mismo Alvaro de Castilla tomó participación en la compañía agrandando el capital y sus operaciones.
Debieron proporcionar éstas buenas ganancias a Bonilla, ya que tras tres años regentando la tienda y dejar dicha compañía, arrendó diversas haciendas de minas, comenzando su experiencia minera. Así tuvo las de Francisco de Alarcón, la de Bartolomé Sánchez Palomino (que fue de Pedro de Bustos). Más tarde compraría a los herederos de Bustos esta misma hacienda, otra a Jerónimo de Obantes y otras más, a la par que participaba en diversos lugares de minas, contando con hacienda propia de beneficio e indios trabajadores.
Así como en sus actividades mercantiles primeras aparece relacionado con sus paisanos Juan y Alvaro de Castilla Calderón (minero este último también), en su empresa minera aparece vinculado a otros paisanos, e igual en su vida social en Guanajuato. Tenía estrechas relaciones con Luis de Castilla Chávez, alguacil mayor de minas y mayordomo de la cofradía de Nuestra Señora de
Al final de su vida contaba con diversas participaciones de minas en San Nicolás y en el Realejo Viejo; cuatro minas en San Bernabé, que había adquirido por compra a los herederos de García de Contreras Figueroa; otra mina comprada a Isabel de Lucio; otra en San Martín (que fue de Martín Lorenzo) y la de San Nicolás en el Realejo del Fuerte. Su hacienda de minas en explotación procedía de la unión de las adquiridas a Obantes y Burgos, contaba con 22 indios como trabajadores y las explotaba directamente. En otra de sus minas tenía parte su propio criado Pedro Delgado, tal vez pariente de su segunda mujer, y que estaba al servicio de su casa desde 1620 (mucho después que Bonilla hubiera llegado a Nueva España). Tenía además diversos criados indígenas y otros bienes.
Su hacienda de minas fue rematada en subasta pública por el licenciado Diego Gómez, beneficiado del Real de Minas y minero, en 4.500 pesos de oro.
Pagadas las deudas y mandas de Bonilla se hizo almoneda y venta de sus bienes que alcanzaron un total de 10.356 pesos, a los que descontados gastos y descargo por un total de 9.991 pesos, quedaban para sus herederos 365 pesos. A Sevilla llegaron 340 (85.080 mrs.) en 1634 que cobraron Miguel Ortíz Hidalgo, viudo de doña María de Esquivel, hija del primer matrimonio de Bonilla; Gonzalo Yáñez, vecino y regidor perpetuo de Guadalcanal, viudo de doña Catalina Vozmediano, hija del primer matrimonio también, en nombre de sus hijos Gonzalo Yáñez y doña Inés de Bonilla (en quien renunció la herencia su hermano siendo ésta monja profesa) y Ana de los Reyes Bonilla, hija del segundo matrimonio.
sábado, 18 de febrero de 2012
Indianos de Guadalcanal: sus actividades en América y sus legados a la metrópoli – Siglo XVII - 16
(A.A.S., Capellanías, 871-18)
La familia contaba con enterramiento propio en el Convento de San Francisco de Guadalcanal, a la que enviaría una manda para misas, y él instituyó una capellanía en
ALONSO LÓPEZ
(A.A.S., Capellanías, 856)
Murió hacia 1620 en Tlaxcala fundando una capellanía en la iglesia de Santa Ana de su villa natal, destinando para ella una suerte de tierras de 70 fanegas y unas casas de la calle larga de Cazalla, más 3.000 pesos de plata doble mexicana, instituyendo como herederos a los hijos y descendientes de su hermana Nicolasa de
jueves, 16 de febrero de 2012
Indianos de Guadalcanal: sus actividades en América y sus legados a la metrópoli – Siglo XVII - 15
DIEGO RAMOS. EL RICO
(A.G.I., Contratación, 202-10 y 203-12)
(A.A.S., Capellanías 858-5 y 859-6)
Como el anterior es un típico indiano del XVI al que consignamos por la vigencia de sus mandas en el XVII y como prototipo. Su calificativo o mote en el pueblo de Diego Ramos, el Rico, demuestra, una vez más, el impacto causado por su fortuna en el Nuevo Mundo. impacto decisivo para animar a otros de sus paisanos y familias (que fueron de éstos bastantes) para seguir sus pasos en Indias.
Era hijo de Diego Ramos, el Viejo, y de Elvira Rodríguez de León. No sabemos la fecha de su pase a Indias, salvo que testó en 1556 en México donde estaba avecindado; allí debió morir y ser enterrado en el convento de San Agustín, como su paisano López de
Destinaba otros 1.000 ducados para construir una capilla con arco y una reja de hierro, un altar de piedra labrada, con sus gradas, con un retablo mediano pintado con un crucifijo, Nuestra Señora y San Juan, debiendo poner un letrero en la reja donde constara el nombre del fundador de la capilla. En ella podrían ser enterrados los miembros de su linaje que quisieran. Contaría con una pila de piedra para el agua bendita. Como patrón de la capellanía nombraba a su hermano Rodrigo Ramos y tras él su hijo; en segundo lugar, a falta de los anteriores, a su sobrino García Ramos, hijo de su hermano de igual nombre y ya difunto al testar Diego, y en tercer lugar al pariente más cercano, además del guardián del convento de San Francisco de Guadalcanal; debía contar con dos capellanes, uno de ellos del mismo linaje que el fundador. En 1602 era capellán Rodrigo de Bonilla Gálvez, deudo de Diego Ramos.
Su hermano Rodrigo pasó a Nueva España en 1558 con una licencia de estancia de tres años, sin duda para hacerse cargo de la herencia de su hermano; D. José Maldonado Cabrera, cuarto nieto de Rodrigo Ramos, disfrutaría como capellán la fundación de su antepasado ya en el siglo XVIII. En esta centuria los bienes de la misma estaban constituidos… Guadalcanal y siete escrituras a censo impuestos sobre un molino de aceite, viñas, casas y olivares de Cazalla, Villafranca y el mismo pueblo.
ALVARO DE CASTILLA CALDERÓN
(A.G.I.. Contratación,
Pertenecía a una familia de Guadalcanal considerada "rica y poderosa” pese a lo cual, como otros de su pueblo, había marchado a Indias donde hizo fortuna en México y Guanajuato. También como varios paisanos en este virreinato se dedicó a la minería conociendo los avatares y reveses de esta ocupación. Con él habían estado en la capital mexicana y en Guanajuato Diego Gutiérrez, sastre de Guadalcanal, Pedro Sánchez Holgado, Rodrigo de Ortega y Agustín de Sotomayor, quienes habían regresado al pueblo contando la inmensa fortuna amasada por Castilla.
Este destinó 50.000 ducados de su hacienda para erigir un hospital en la villa, si bien como en otros muchos casos tuvo que pasar bastante tiempo para que la obra comenzara. El dinero llegó a su hermano Rodrigo de Castilla, Francisco de Torres, que había estado también en Guanajuato, denunció que dicha cantidad la había recibido Alvaro de Castilla de un amigo suyo muerto en el Real de Minas. Otro denunciante fue el maestro mayor y albañil del pueblo Juan Ruiz Callejón quien ponía en duda el origen del dinero como perteneciente a Castilla. Doña Isabel de Castilla, sobrina carnal del fundador indiano, denunció al maestro de obras y logró ponerlo en prisión (de la que escapó) demostrando contar con más de 34.000 ducados para la obra y ser procedentes de su tío, que los había enviado con su criado Pedro de Ledesma hacía más de 20 años.
Las rentas establecidas con tal capital las administraba un primo de doña Isabel, Rodrigo de Castilla, alguacil mayor de la villa.
Curiosamente doña Isabel era viuda de Diego Ramos Gavilanes, sin duda de la misma familia del minero visto anteriormente.
Alvaro de Castilla además del hospital hizo diversas limosnas para la iglesia de Santa María.
martes, 14 de febrero de 2012
Indianos de Guadalcanal: sus actividades en América y sus legados a la metrópoli – Siglo XVII - 14
Por Javier Ortiz de
JERÓNIMO DE ORTEGA FUENTES
(A.A.S., Capellanías, 862-9)
Testaba en Panamá en 1600 cuando se preparaba para hacer el viaje de regreso a España, que sin duda quedó truncado por su muerte. Pocos datos conocemos de él salvo su filiación e institución de una capellanía.
Era hijo del bachiller Juan de
Instituyó una capellanía con 2.000 ducados de Castilla, en la sepultura de su padre, haciéndose a su costa un altar y unas puertas para dicha capilla de la iglesia mayor, además de ordenar un número determinado de misas en distintas festividades.
El primer capellán, nombrado por Ortega, sería Jerónimo de Ortega, su sobrino, hijo de su hermana Guiomar Suárez, y tras él Lope Hernández (hijo de ésta también) o el pariente más cercano. El patrono sería un hijo de Guiomar Suárez cuando alcanzara la mayoría de edad y mientras el presbítero Luis de Ortega, primo del fundador, como hijo de Diego Ramos de Ortega (hermano de doña Leonor Suárez, antes mencionada). En caso de haber algún impedimento para la capellanía, los bienes destinados a las misas de ella serían para otra hermana de Ortega: Francisca Rodríguez.
BEATRIZ DEL CASTILLO
(A.G.I., Contratación, 351 B)
Otros bienes de los llegados a Guadalcanal destinados para misas fueron 203 pesos de la herencia de Beatriz del Castillo.
Hija de Pedro Méndez y María Riañes, ambos naturales del pueblo y ya difuntos en 1619, parece pasó a Indias con su marido Alonso González Sancha individuo sin duda también de la misma naturaleza. En 1555 había pasado desde Guadalcanal a Nueva España otro vecino: Juan González de Sancha, tal vez pariente del anterior.
Beatriz del Castillo testaba en 1619 en la ciudad de Lerma, en el valle de Salta (Tucumán), ante su confesor fr. Juan de Zafra, el bachiller Juan de Rivera Valdés, su nieto Alonso de Tapia y Francisco López, dejando como albaceas al capitán D. Lorenzo de Céspedes y Tomás de Pinedo y Montoya, ambos vecinos de Lerma. Al no saber firmar lo hizo uno de los testigos en su nombre.
De sus bienes destinaba el producto de 600 ovejas de su propiedad que había enviado al Perú con Pedro Fernández Pedroso, para mandarlo a Guadalcanal para decir misas en sufragio de su alma, la de su marido y padres. En 1622 llegaron 203 pesos a
ALONSO LÓPEZ DE
(A.A.S., Capellanías, 856-3 )
Tanto éste como Diego Ramos, el Rico, que le sigue, son indianos del siglo XVI, si bien los consignamos ahora como prototipo de tales en Guadalcanal y por estar en vigencia sus mandas y legados en el XVII.
Alonso López de
García Núñez de
Alonso López de
Avecindado en Taxco pero residiendo en México durante una enfermedad que le movió a testar, ordenaba su entierro en el monasterio de San Agustín de la capital. Fue pródigo en mandas para misas y obras pías: para las cofradías del Santísimo Sacramento y de Nuestra Señora del Rosario de México; a San Juan de Letrán; a los pobres de los hospitales de Nuestra Señora, de las Bubas y el Real de indios; a las mandas forzosas; a las iglesias de Nuestra Señora de
Además legaba 200 pesos de oro común a su hermana Juana López;
En la primera mitad del siglo XVIII los bienes de la capellanía estaban compuestos por unos 232.400 maravedises de principal a censo, más unas 40 fanegas de trigo en sembradura en el sitio del Molinillo, 25 de las cuales estaban desmontadas y eran regables, sembrándose lino y "fraijones".
domingo, 12 de febrero de 2012
Indianos de Guadalcanal: sus actividades en América y sus legados a la metrópoli – Siglo XVII - 13
Por Javier Ortiz de
JUAN BONILLA MEXÍA
(A.A.S., Capellanías, 862-9)
Otra de las capellanías indianas de la iglesia mayor de Guadalcanal fue fundada por este sujeto, hijo de Gonzalo de Bonilla Mexía y de Mayor Ramírez y como tal pariente de varias familias de emigrantes del pueblo.
Salvo estos datos casi nada conocemos del fundador, que se encontraba en Cuzco y Lima hacia 1621. En esta fecha enviaba a su hermana (María de Bonilla) una barra de plata con Esteban Martínez Gondal, para que pudiera profesar como monja. Sabiendo después su muerte, Juan de Bonilla ordenaba a Francisco González de Bonilla que con el producto de su envío hiciera una capellanía en el pueblo, reservándose el nombramiento del patrón para cuando él mismo regresara a España.
No sabemos si regresó o bien murió en Indias (que parece lo más probable) pero sí la institución real de la capellanía, que disfrutaron como capellanes sus parientes Rodrigo de Bonilla Gálvez, Cristóbal de Bonilla Zorro y Pedro de Bonilla Gálvez, entre otros.
La fundación se hizo con 6.400 reales que quedaron una vez pagados los gastos de entierro de doña María de Bonilla, que fueron invertidos en tres censos.
PEDRO MARTíNEZ PAVA
(A.G.I., Contratación,
Es el único cura que encontramos en el grupo de indianos recopilados en esta ocasión. Hijo de Jerónimo González de
Había salido de su tierra hacia 1585, manteniendo “en todo este tiempo mucha comunicación" con su hermano y su sobrina doña Isabel Bautista de Bonilla, quien en 1615 hacía gestiones para cobrar la herencia de su tío. Precisamente una carta suya, firmada de su puño y letra fue presentada en los autos realizados para la cobranza de esta herencia.
Doncella doña Isabel y sola tras la muerte de sus padres, reclamó los cortos bienes de Martínez Pava como única heredera.
Otro de sus parientes estantes en Lima, el licenciado Francisco Núñez de Bonilla, le había escrito en 1615 notificándole la muerte de su tío, como cura de Cajatambo y abintestato, por lo que por "parentesco y amistad" había abierto sus cartas y se había interesado por sus bienes. Lamentaba la situación de doña Isabel, sola y sin tomar estado "ni dote tan suficiente como las personas de la calidad de V. M. han menester", lo que parece indicar la significación social en el pueblo de esta familia y también sus cortos medios, que sin duda fueron factores que incidieron en la emigración de algunos de sus miembros.
Temiendo Núñez de Bonilla que al morir Martínez Pava en su doctrina, hubiera ocultación y merma de sus bienes, hizo gestiones en Lima ante el juez mayor de bienes de difuntos para poder remitir cuanto antes la herencia de su pobre e hidalga pariente, lo que por fin consiguió llegándole a doña Isabel unos 389 pesos.
DIEGO GONZÁLEZ HOLGADO
(A.G.I., Contratación, 256 A-1)
Dentro del ámbito del virreinato peruano, pero en los límites de
Era hijo del Dr. Gonzalo García Espinel y de Teresa Yáñez Holgado, ambos naturales y vecinos del pueblo, donde parecen familia de cierta relevancia social, contando con enterramiento en el convento de San Francisco de Guadalcanal donde estaba enterrado el abuelo paterno, Gonzalo García. Casó Holgado con Inés Díaz de
Contaba en el pueblo con casas de morada, bodega, bienes dotales recibidos con su mujer y otros varios. Se estableció en la ciudad de Loja, que había ido prosperando como asiento hispano y por su entorno minero desde su fundación, y allí abrió tienda de menudeo, cordobanes y otros artículos, dedicándose también a prestar dinero a diversos individuos, tal vez relacionados con la actividad minera. En Loja testó y disponía su entierro, así como diversas mandas piadosas y misas repartidas entre di cha ciudad y Guadalcanal.
En los seis años de ausencia su familia tuvo frecuente comunicación epistolar con él desde Loja y otras villas; su viuda y su hija, mencionada esta como Agueda González en 1600, cobraban 188 pesos de oro y 828 pesos corrientes de a nueve reales, procedentes de su herencia.