Madrid
El amigo Ignacio Gómez, diestro usuario de la www, me obliga a intervenir y lo hago gustoso para tratar de aclarar la grafía de un término que pese a su antigüedad los académicos de la RAE no han decidido alojar en el Diccionario. Lo acabo de comprobar tras entrar en la edición on line (perdón por el anglicismo) del DRAE.
Esa imprescindible herramienta llamada Google ha aclarado las dudas, ya que si nos atenemos a frecuencia de uso y escritores de prestigio que lo han usado, el término que podíamos calificar como ortodoxo sería güitomas. La variante guaitomas que usé en mi texto anterior se explica tanto por la rareza de la diéresis en nuestra lengua, como por lo habitual que es, sobre todo para gente de Guadalcanal, los vocablos que empiezan por la sílaba “Gua” (Guadalcanal, Guaditoca, guayabo, guarro, guadaña, etc véase el DRAE).
Ya sea con una u otra variante, el omnipotente Google nos enseña su uso por gente de los sitios más diversos, Aranjuez, Trebujena, Villafranca y Los Palacios.
Y para dejar la cuestión definitivamente zanjada me remito a la página 2416 del “Diccionario del Español Actual” de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, 1ª edición, Aguilar, Madrid 1999, que sólo recoge Güitoma (en singular) con la siguiente definición:
“GUITOMA, m. Diversión de feria consistente en un círculo giratorio del que penden unos asientos sujetos con cadenas”.
La definición va seguida de dos citas, una del escritor falangista Rafael García Serrano, y otra de Alonso Zamora Vicente.
6 comentarios:
En Bornos, provincia de Cádiz, en los años 1950 y 1960 llamábamos a esa atracción de feria "güitoma".
En Guadalajara (España) siempre se han llamado así a las sillas voladoras.
Soy de Guadalajara y confirmo lo que dice el anterior comentarista.
En Navalcán, Toledo, los guaitomas son las atracciones de la feria
Mi madre, que nació en 1926, en Guadalcanal, nos enseñó a mis hermanos y a mí, desde siempre, que la atracción de feria de los columpios voladores, se llamaba "guaitomas" y le encantaba.
En Arcos de la Frontera, le llamábamos GUAITOMA.
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