lunes, 15 de diciembre de 2008

EL LENGUAJE QUE FUE

Por José María Álvarez Blanco

Hace dos años llevaba a las páginas de la Revista de Feria(1) una serie de comentarios sobre vocablos, que aprendí en mi infancia en Guadalcanal, y que ya prácticamente no se usan arrinconados tanto por el progreso social como por el técnico, especialmente desde hace décadas por la uniformización lingüística propiciada por la televisión y en los últimos años por Internet.

Las líneas que siguen se van a referir específicamente a tres palabras, una es recacha que figuraba simplemente citada en el apéndice. Las otras dos son guaitomas y charranada que no aparecían recogidas en el texto citado. Lo que sigue es lo que tengo que decir, cuando va transcurrida casi una década del S.XXI, de estos tres vocablos.

RECACHA. Esté término designaba un lugar geográfico indeterminado en el que los viejos, ahora por mor de lo políticamente correcto “tercera edad”, tomaban el sol en invierno. Por lo general, eran sitios al resguardo de un muro, preferiblemente blanqueado para aprovechar el efecto reflectante de la cal, y que variaban según la hora del día. A quienes dispongan de acceso a Internet le sugiero que lean el texto “A la recacha” del que es autor Miguel Higuero ciudadano de la vecina población de Reina (de tan glorioso pasado romano). La dirección de la página web es http://alasombradeunavida.blogspot.com%20/2007/08/la-recacha.html. Dicho magnífico artículo demuestra una vez más lo que es obvio, que compartimos con los pueblos de la Baja Extremadura, algo más que proximidad geográfica, esto es, folclore, costumbres, lenguaje y tantos otros aspectos de la vida cotidiana. La pregunta que me viene a la cabeza es si los ancianos que viven Guadalcanal, y que se encuentran en condiciones aceptables, siguen tomando el sol a la recacha o pasan el invierno encerrados horas y horas en el Hogar del Pensionista, incluso los días de sol agradable.

CHARRANADA (charraná). Esta palabra se usaba hace varias décadas como sinónima de faena, en frases como “vaya faena que me has hecho” y otras similares, que denotaban una acción o gesto que suponía perjuicio, fastidio o molestia para el receptor. Es palabra malsonante, según indica el Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos de la Lengua Española (Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.), que la asimila a las también malsonantes guarrada, marranada y cerdada. Desde hace unos años, todas han caído en desuso por la contundente putada, que se emplea de modo indiscriminado, independientemente de la magnitud del agravio, y que sale de la boca más rápidamente que charranada.
GUAITOMAS (o guaitoma), era un término que en las décadas centrales del pasado siglo XX, designaba una atracción de Feria, que consistía en una serie de cunas colgantes mediante cadenas, de una plataforma circular que giraba alrededor de un eje situado en su centro, y que por la fuerza centrífuga, dependiendo de la velocidad de giro, adquirían una mayor o menor inclinación respecto a la vertical. Había una versión infantil que recurría al diminutivo guaitomitas. Una definición alternativa es sillas voladoras, tal y como he visto en un foro internético de Navalcán (Toledo). Lo curioso de este vocablo y que lo singulariza en relación con los dos primeros (que gozan de estatus lingüístico al estar recogidos en diversos diccionarios) es su escasa presencia en Internet, ya que si el probable lector se molesta en buscarlo en Google, podrá apreciar que solo salen 6 páginas web, entre ellas de otro pueblo toledano, Oropesa, (véase http://www.%20lospieles.es/culturilla/ palabros.php) en donde curiosamente guaitoma (en singular) designa a los coches de choque, que en mi infancia llamábamos también coches locos, y hasta dan una explicación etimológica de un lingüista aficionado que postula que procede de los términos “Guai” y “toma” . En efecto, la peña “Los Pieles” en su Diccionario de palabros oropensanos para guaitoma da la siguiente definición:

Guaitoma: Esta palabra hace referencia a los coches de choque que tenemos en las ferias. Cuando conducen dicen "que guai, que guai" y cuando chocan dicen "toma, toma". De esta forma aparecieron los guaitomas o coches de choque.

Mis investigaciones lingüísticas en la www me han llevado a las siguientes conclusiones: a) este tipo específico de atracción de Feria parece estar en franco retroceso en España por haber sido desplazado por ingenios más sofisticados, en los que ha entrado a saco la microelectrónica, como puede verse en los Parques de Atracciones; b) la denominación guaitoma(s) parece ser privativa de Andalucía occidental y Castilla-La Mancha Central, pues en el amplio ámbito americano de nuestra lengua común, la expresión que se ha impuesto es “sillas voladoras” , que parecen ser gozan de buena salud en Iberoamérica, como lo demuestra la siguiente fotografía de una página web chilena.

http://foro.loquo.com/viewtopic.php?p=2172596

Para concluir esta referencia a tres términos de nuestro acervo lingüístico no puede faltar un recuerdo para Rafael Rodríguez Márquez (†), apasionado guadalcanalense que nos dejó hace casi dos años, y que no pudo darse la satisfacción de ver publicado su libro “Guadalcanal, Un pueblo en la memoria” presentado el pasado 6 de Diciembre de 2008. En el capítulo XVI de dicha obra titulado “Voces del ayer”, de las tres palabras comentadas sólo se recoge “recacha” que con excelente precisión la define como “Sitio resguardado y soleado. Rincón abrigado”. Seguro que más de una vez vio el panorama del Coso desde la cuna de unos guaitomas, y para charranada la que supuso para el pueblo su prematura desaparición.

La Prosperidad, Chamartín, Madrid
13 de diciembre de 2008
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(1) “Primeras en aprender, últimas en olvidar”. Guadalcanal Revista de Feria, 2006

1 comentario:

jose miguel dijo...

Leo con sorpresa los tres términos que nos acerca Jose María Álvarez, y casi que recuerdo los trés, aunque solo utilice uno de ellos en mi vocabulario, pues estos días de frío suelo buscar una "recacha" sobre todo en el pueblo.
Saludos.