José Muñoz hablando en la Velada de Santa Ana de 2015 |
José Muñoz Sánchez había nacido en Guadalcanal el 27 de mayo de 1919, así que dentro de un mes más o menos, hubiera cumplido los 97 años.
José
tenía una memoria de elefante y recordaba cualquier cosa que le hubiera
ocurrido, como si hubiera sido el día anterior.
Mis
recuerdos de José me llevan a los años 60 del pasado siglo. Casi siempre que
iba a casa de Federico Gullón que vivía donde ahora está El Cebollino, me
encontraba por allí a José trajinando. El día 7 de mayo de 2014 lo entrevisté
para el libro que estoy escribiendo de la Historia de Guadalcanal, Siglo XX y me contó sus
recuerdos de la época en que estaba trabajando 1931-1940, que aparecerán en el
libro que en pocos meses voy a publicar.
El
pasado año entregó en el Ayuntamiento varios folios con sus recuerdos, que yo
iba a convertir en un artículo para la Revista de Ferias de este año y del que este
artículo es un anticipo.
Esto
es un extracto de lo que nos contó José Muñoz:
Nací el 27 de mayo de 1919 en la calle Santa
Ana, número 30, a
las 5 de la tarde. Por lo que me contaron más tarde, en ese momento pasaban dos
entierros juntos de los hermanos Guijo. Mis padres estaban de casero en la
finca de Camargo, de la que era propietario Federico Gullón Represa y su mujer
Teresa Pérez Gullón. Tenían cuatro hijos: Federico, Gonzalo, Susana y
Enriqueta.
A los cinco años murió mi padre y yo me fui
con mis abuelos a la choza llamada de Palote de la finca San Antonio, propiedad
de Julio Herce Nogales.
Allí hacía la vida con mis abuelos que me
llevaban al pueblo y me pusieron en una escuela en la calle Camacho (actual López de Ayala) frente a la casa del Cura. El maestro se llamaba don Rafael. También
venía mi hermano Salustiano que murió a los 21 años en el Servicio Militar en
Badajoz.
Empecé a trabajar muy pequeño en tres
barberías. En la de Antonio Criado que tenía la barbería en la calle Granillos.
En la de Rafalillo en la calle Milagros y en la misma calle, por debajo de la
cárcel en la de Clemente. También asistía a una escuela de pago que había en la
calle Luenga, por encima del Cuartel de la Guardia Civil. El maestro se
llamaba Lorenzo y cobraba tres perras chicas por niño y día.
Sigue
contando José Muñoz sus primeros años, que en la Revista de Ferias
ampliaremos, pero quiero darles a conocer este otro recuerdo que todos hemos
oído hablar, pero que José presenció.
Recuerdo que cuando se tiró la torre de San
Sebastián estaba yo presente, frente de la Puntilla. Empezaron
a desmontar la campana los hermanos Rius. Con una maroma gruesa y una carrucha
empezaron a bajarla y se quedó parada en una poyata que había en la torre. Se
resbaló la campana de la poyata y al estar la maroma floja al tirar la campana
se partió y cayó al suelo haciendo un boquete en el suelo y rompiéndose la
campana. Esta campana después la arreglaron y la montaron en la torre de Santa Ana, y allí sigue.
También
nos contó José el sistema que usaban para enseñar el catecismo y los miedos que
pasó en la iglesia de San Vicente cuando era monaguillo. Sus recuerdos de
cuando tenía cinco años y del problema que tuvo en un pajar. De cuando puso una
granja de gallinas y del albañil que se cayó cuando se construía la torre del
reloj, o de la forma que se guardaban los cerdos…
Hoy
nos ha dejado, pero muchos de sus recuerdos quedaron plasmados en esas hojas
que nos entregó y de los que tendrán conocimiento en la próxima Revista de
Guadalcanal.
Descanse
en paz José Muñoz Sánchez.