Juan Antonio Torres y Salvador “Micrófilo”. Tuvo que ser Juan Collantes de Terán, el único que intentara conservar algo de este escritor nacido y muerto en Guadalcanal, pero de poco valió, ya que lo que logró conservar, otros -pensamos que por ignorancia- lo destruyeron para siempre. Lo que a continuación extractamos de su artículo, habla por sí solo:
“… La expresada descripción del pueblo corresponde, en líneas generales, a la villa en donde doce años más tarde nace Juan Antonio de Torre Salvador, el día 15 de diciemb
Hasta aquí el artículo de Collantes de Terán. Como complemento del mismo según la investigación que hemos realizado, podemos decir que el Cementerio Civil desapareció hace veintitantos años, y que los restos de los que estaban enterrados en él, pasaron al Cementerio Católico de San Francisco. Sólo los que tenían familiares conocidos, fueron ubicados en nuevas sepulturas, pero nuestro Micrófilo, al no tener familiares, ni ser conocido por las personas que gestionaron el traslado, ignoramos si fue trasladado al osario general, o se quedó reposando en la tierra en que fue enterrado en 1903.
Nuestro amigo José Mª Álvarez escribió sobre él en la Revista de Guadalcanal del año 1990 y nos amplió un dato que es el que le une a los otros dos poetas. Decía entre otras cosas:
“… Ni siquiera descendencia de la familia Torre queda hoy en Guadalcanal, ya que según parece los últimos miembros emigraron a Argentina antes de la última Guerra Incivil. Precisamente pocos años antes de la contienda, en la que fue casa de los Torre, situada en la calle Guaditoca, se produjo el triste espectáculo que parafraseando a Cervantes se podía titular: "Del donoso y grande escrutinio que el cura y el médico hicieron en la librería de nuestro impío escritor". La llama de la intolerancia redujo a cenizas los libros de la biblioteca de Micrófilo que se consideraron nocivos para el orden público y las buenas costumbres, entre ellos un ejemplar en pergamino de la Constitución de 1812, la popular "Pepa" .
En el nuevo barrio levantado en Guadalcanal, a espaldas de los Grupos Escolares, se recordó a uno de los escritores guadalcanalenses consortes, el poeta de Guareña, Luis Chamizo, dándole su nombre a una calle . ¿Por qué no recordar a Micrófilo?. Tras haber sugerido sin éxito agradecer al farmacéutico catalán Joaquím Isern sus afanes en documentar en el Archivo de Indias el descubrimiento de la isla de Guadalcanal, lanzo la peregrina idea de rescatar a Micrófilo del olvido y desconocimiento de los actuales guadalcanalenses. Con la seguridad de que no se me va a hacer caso, hasta me atrevo a redactar el texto de una hipotética placa que bien podría estar situada en la fachada de la Biblioteca, cobijada bajo los frondosos árboles de "El Palacio", y que podría decir más o menos:
En memoria de JUAN ANTONIO TORRE Y SALVADOR "MICROFILO"
(Guadalcanal 1859- Guadalcanal 1903).
Periodista, poeta y folklorista Autor de "Un capítulo del folk-lore guadalcanalense"
editado en Sevilla en 1891. Su pueblo agradecido.
Guadalcanal ....19..."
Por último, de Micrófilo no queda ni calle que le recuerde, ya que la que le dedicaron (actual Santa Clara) se la

En cuanto a Adelardo López de Ayala, aunque ha tenido un mejor tratamiento por las personas de Guadalcanal, se mantiene con su nombre la calle donde nació y se conserva un monumento en la Plaza de España, sus herederos han conseguido erradicar cualquier vestigio de su paso por Guadalcanal. Según hemos podido saber, pocos días antes de morir la última López de Ayala (Manolita), varios camiones de anticuarios arribaron junto a su casa y arramplaron con todo lo que había en ella: muebles, esculturas, enseres y naturalmente, la importante biblioteca que el autor de El Tejado de Vidrio, había reunido en Guadalcanal. Dos cosas pues unen a estos dos primeros poetas, la masonería y la destrucción de su biblioteca. Por último, según hemos podido saber, la casa de López de Ayala ha sido vendida –en el testamento sólo estaba legada a la heredera en usufructo- y pronto la veremos convertida en otra “casa rural” para los veraneantes.

El tercer poeta, aunque no nació en Guadalcanal, si vivió en ella muchos años, tras su casamiento con Virtudes Cordo. El Ayuntamiento le dedicó una calle y colocó una placa en la casa donde vivió. Sin embargo sus herederos, primero desmantelaron lo que fue la bodega que él montó con las tinajas fabricadas por su padre. Por último hace pocos años, la biblioteca que se mantenía en su casa de la actual calle Costalero, se trasladó a Badajoz. Tercer poeta y tercera biblioteca perdida.
Por último tenemos a Andrés Mirón, autor de más de treinta libros de poemas y poesías y del libro sobre la “Historia de Guadalcanal”, que tuvimos la suerte de editar. Falleció un lluvioso mes de octubre del año 2004. Tuvo que morir para que el Ayuntamiento le concediera el título de Hijo Predilecto de la Villa, y se rotulara con su nombre la calle donde nació. Pero más triste es –para el que escribe- enterarse de que la biblioteca que tenía en su casa de la calle Santa Ana, ya ha sido trasladada –creemos- a Sevilla. Cuarto poeta y cuarta biblioteca perdida. Pero en el caso de Andrés Mirón, aparte que nos dolió su pérdida, por la amistad que tuvimos en los últimos años, nos duele que su muerte nos privara de lo que era su idea para cuando faltara, que no era otra que conservar todo su legado en una fundación. Así se lo dijimos a sus hijas, pero ya ven, no sólo se ha perdido su biblioteca, sino que además, han puesto en venta su casa. El nombre que elegimos para este blog, es precisamente en recuerdo de su último libro “Otoño en Benalixa” y pensando –ilusos de nosotros- que podía
No hemos tenido muchos poetas y escritores, pero el dicho ese de: “entre todos la mataron y ella sola se murió”, sí se lo hemos aplicado a todos. Por parte de los habitantes de Guadalcanal, por el desinterés que hemos mostrado en la conservación de sus legados. Por parte de sus herederos, por el interés que han mostrado en hacer desaparecer cualquier vestigio de su paso por Guadalcanal.
Queremos terminar con unos versos de Andrés Mirón:
Y AQUÍ SE ACABA TODO.
Este verano
volverá cuando, ausente, mi familia
explore mis carpetas,
este cuaderno de decir lo mucho
que debo silenciar por si se enojan
y pongan bocarriba
el clamor de este turbio balbuceo.
Y mientras me descubren,
todo será pensar que estaba urdiendo
alguna tesis importante
que me libere del terruño.
Pero yo me he dolido de que el aire
proclame la verdad de una sequía
que no ahuyenta del pueblo
la tristeza que acude por la tarde.
Aquí se acaba todo. Aquí se acaba
el tiempo de que disponía. Debo
volver a la ciudad. Allí me esperan
las prisas y las prosas.
Los poetas
seguro que van a sonreírse
cuando sepan que he escrito
lo que ocurre en un trozo de mi patria.
(No es cosa que me incordie. Lo que ansío
es conservar lo que me dieron).
Aquí se acaba todo. Cualquier tarde
el sol se ocultará tras el castillo
y dejará en el aire un crisantemo
clamando que el otoño
empieza a deshojar el paraíso.
5 comentarios:
Hola Ignacio, te felicito y suscribo todo lo que dices, excepto que discrepo en la calle que llevó nombre de Micrófilo. Según mi entender no fue Santa Clara, sino la actualmente llamada Dr. Antonio Porras, y que antes -(desde 1939 hasta el final del franquismo)- llevó el nombre de Calvo Sotelo, en el tramo comprendido entre el Banco Español de Crédito y el Cantillo de la Concepción. Esto tal vez lo puedes confirmar en el Archivo Municipal, dónde quizás esté el acuerdo de dar el nombre de la calle al fol-klorista. A este respecto describí, en una Revista de un año posterior al 1991, que al quitar la lápida con el nombre Calvo Sotelo, apareció por su dorso el nombre de Juan Antonio Torre Salvador "Micrófilo". Lamentablemente parece que a las dos lápidas habrá que darlas definitivamente por perdidas, salvo que tú las encuentres. De la que en vida llegó a tener Rafael Rodríguez Márquez -(la que estaba en la fachada de Banesto)- tengo una foto de pésima calidad, que voy a intentar encontrar. Si hay suerte y aparece ten por seguro que te encargaré un arreglo con el Photoshop.
En el comentario anterior, se me olvidó decir que en el texto de la lápida que propuse había un error de fecha. Dice que la muerte de Micrófilo se produjo en 1902, lo cual es incorrecto. Las fechas correctas del nacimiento y la muerte, ambos en Guadalcanal, de este escritor maldito fueron 15 de diciembre de 1857 y 7 de febrero de 1903 según la obra de Mario Méndez Bejarano, titulada "Diccionario de Escritores, Maestros y Oradores, naturales de Sevilla y su actual provincia".Tomo III, página 18, Sevilla, 1922. Tipografía Gironés, O'Donell, 13.
Leo con mucho interés las entradas de este blog y veo que no aparece como escritor o personaje famoso de Guadalcanal Lucas de Torre Franco-Romero, hijo de Norberto, hermano de Juan Antonio de Torre Salvador (Micrófilo).
Además de mi bisabuelo, era un importante escritor y militar, y estaría muy interesado en conocer cualquier rastro de su familia que pueda haber en su hermoso pueblo o cualquier información relacionada con su vida y obra.
Gracias, enhorabuena por su publicación y un saludo
Para el Sr. Lucas Pita:
Tengo publicada la biografía completa de su abuelo en dos partes: La primera en la Revista de Feria de Guadalcanal de 1995 y la segunda en la de 2017. Pongase urgentemente en contacto conmigoy le las mando
Mis tfnos 914164859 - 639251356
jmab280341@ gmail.com
q65es@telefonica.net
Como veo que no me ha llegado la información y por si acaso no le ha llegado mi correo, se lo incluyo en este comentario : Lucaspitasp@gmail.com
Gracias y un saludo
Lucas Pita de Torre
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